468 - Dejar volar la imaginación.


Un ejercicio que realizo seguido, mientras hablo por teléfono o la ansiedad no me deja empezar lo que tengo que empezar, dejar que el lápiz, o la pluma fluyan por el papel y a veces, (pocas realmente) sale algo que valga la pena terminar. Pero sirve para empezar una sesión de trabajo.Ni duda cabe.

Ha sido un largo camino