Jomagú - ilustración y dibujo -: estadio

Fue en 1988 ó 1989, en que me levanté una tarde del sillón en que había estado leyendo algo de Asimov, recuerdo se oían gritos en la calle donde vivía, en la avenida Alhelíes, me asomé por la ventana observé y un grupo de chavalos que jugaban al futbol, sin más salí y al momento fui invitado a jugar.

No parecía tener mucha ciencia patear un balón y meterlo en medio de dos piedras, siendo practicante de beisbol desde bebé creo (a Chencho, mi papá le gusta, así que aprendí todo lo que hay que saber de lanzar y otras cosas), me dije que el futbol no sería más que otro deporte, a fin de cuentas ya jugaba damas chinas, ajedrez, lotería, y serpientes y escaleras, supuse que sabría todo acerca de ganar y perder.

Oh, sorpresa, no es tan fácil darle a un balón que pasa a cierta velocidad, mucho menos cuando los contrincantes, aunque menores que tu, tienen muchísima más habilidad y práctica, hay que sumarle que la calle donde jugábamos está en una pendiente suave, así que se jugaba la mitad de tiempo de cada lado de la calle, quien no recordará el cambio de portería.

Descubrí que es más interesante, más diplomático y violento que cualquier otro deporte. Recuerdo con claridad mi frustración al no controlar los botes, los tropiezos y raspones que obtuve al intentar jugar algo con la fuerza y la torpeza física de los 16 años.

Al final no conseguí destacar, pero siento que obtuve condición y un buen grupo de amigos.

Por aquel tiempo Hugo Sánchez triunfaba con el Real Madrid en España, un mexicano en la luna sonaba bien, y junto a mi tío Pancho Gutiérrez, empecé a seguir las andanzas de Hugo por la tierra del Quijote, que por cierto en esos días ganó la liga, y la siguiente también, en fin para no hacerla larga, supe que en México también había una liga, y era momento de elegir a un equipo al cual irle.

Entre los que nos reuníamos tarde con tarde después del trabajo, la escuela, y antes de la cena, había chivistas, varios americanistas, mi mejor amigo de aquellos tiempos era del Cruz Azul, y hasta hubo alguno del Morelia, en fin había equipos de colores para escoger.

De entre todos en Necaxa llamó mi atención, antes no había internet ni cómo investigar la historia de los equipos, así que confiabas en lo que los comentaristas decían de los equipos y poco a poco al seguir los juegos, le vi futuro a los Rayos del Necaxa, por ese tiempo llegó Alex Aguinaga y mi historia con los rayos comenzó.

Ya para qué contar lo que siguió, la salida del DF, el descenso y eso, es historia conocida. Total seguí la liga de España y volví al sillón de los libros esta vez de aquitectura.

Ahora con casi 92 años de historia, espero, como muchos, el momento que los Rayos regresen a los primeros planos de la liga Mexicana de futbol.

@jorgeM4rtinez